El concurso es la alternativa más eficiente para las empresas en situación de insolvencia. Lamentablemente, el concurso tiene la mala fama de ser algo previo a la extinción, pero lo cierto es que una situación bien llevada, y una buena gestión concursal, puede evitar una extinción automática de la sociedad, si es lo que se desea, claro.

Desde nuestra amplia experiencia, podemos agrupar en dos grandes grupos los clientes que llegan al despacho ante esta situación. Unos que tienen claro que lo que quieren es cerrar la empresa y acabar la actividad. Pero otros, lo que quieren es intentar salvar la empresa a toda costa.

Los primeros suelen haber llegado a una situación límite, con numerosas deudas, falta de liquidez, y sin ver viabilidad a la continuación de la empresa. En éste caso, el asesoramiento pasa por cesar la actividad, y llevar el concurso hasta extinguir la sociedad buscando principalmente que no derive la responsabilidad ni las deudas al administrador.

En el segundo caso, el empresario confía en poder salir adelante. En éste caso lo más importante es saber negociar y buscar alternativas, que generalmente pasarán por quitas de la deuda, y por un aplazamiento en el pago parcial de las mismas, mientras la empresa continua su actividad.

Para ello es fundamental también tener un plan de viabilidad, convincente y bien planteado.

En ambos casos lo verdaderamente aconsejable es planificar la situación con antelación, que la empresa se asesore cuanto antes con un Abogado especializado en concursos.

En éste despacho usted estará asesorado desde el principio por un Abogado con más de veinte años de experiencia, un Abogado debidamente colegiado que además está reconocido como administrador concursal tanto por la Abogacía como por los Tribunales españoles.